¡Hola! Mi nombre es Gloria Arroyave y durante muchísimo tiempo nadé contra la corriente en mi afán por querer cambiar a las personas y a las circunstancias que, consideraba la razón de mi sufrimiento y de mis resultados indeseados, hasta que por fin me hice la pregunta correcta:

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¿Qué es lo que no he podido comprender?

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En un entorno familiar, social y cultural marcado por la adversidad y la ignorancia, nunca pude convencerme completamente de que Dios fuera el único responsable de nuestras circunstancias. A lo largo de mi vida, enfrenté numerosas situaciones que me llevaron a cuestionar si había algo que los seres humanos hacíamos y que ni siquiera Dios podía cambiar. Recuerdo con nostalgia cómo me costaba entender por qué nunca recibía una bicicleta en Navidad a pesar de mis plegarias al Niño Dios. Me preguntaba: "¿Por qué no puedo tener un muñeco angelino?"

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Nací en Medellín el 12 de febrero de 1966, en el seno de una familia católica y de modestos recursos. Soy la segunda de cuatro hijos, tres mujeres y un hombre. Mi padre era conductor de autobús y mi madre se dedicaba al hogar. Mis padres, Alonso y Elcy, contrajeron matrimonio el 26 de abril de 1964. Al igual que muchos de ustedes, mi vida estuvo marcada por lecciones necesarias que me llevaron a convertirme en la persona que soy hoy.

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Al comprender que todo en mi vida formaba parte de un plan perfecto, lo cual reconozco en la actualidad, pude enfocar mi evolución de manera positiva. Alonso y Elcy, con buenas intenciones pero limitada información, hicieron lo mejor que pudieron con los recursos que tenían. En medio de ensayos y errores, angustias y luchas, se esforzaron por sacar adelante a sus cuatro hijos con las pocas herramientas y las muchas creencias que tenían a su disposición.

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Recuerdo haberme comportado como una niña responsable y diligente, esperando con ansias la generosidad de la Navidad. Fue la primera vez que experimenté una mentira y una decepción, algo por lo que todos pasamos en algún momento de nuestra vida. Estas experiencias formaron parte de la cultura y las creencias con las que fuimos programados desde pequeños.

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Además de todo esto, soy hija, hermana, madre, esposa, amiga y, sobre todo, humana. También tengo el privilegio de ser una conferencista nacional e internacional. Siempre estoy dispuesta a compartir mis experiencias y conocimientos para inspirar y ayudar a otros a encontrar su propio camino hacia la transformación y el crecimiento personal.

 

¡Bienvenidos a mi mundo!